Si su interés por los cactus va más allá de observar el porte de un Cactus de Navidad o de Pascua (Epiphyllum) y ha reunido ya unos cuantos ejemplares distintos, ha llegado el momento de reservar un lugar extra en el jardín de verano para esta familia de plantas rara y multiforme. Si se disponen los tiestos apiñados en un lugar cualquiera al aire libre, se deja escapar la ocasión de apreciar una imagen plenamente efectista. Además, es muy fácit instalar en una esquina soleada un pequeño jardín desértico.
Lo único que hay que conseguir es arena; y se emplea tanta como sea necesaria para que los tiestos queden enterrados hasta el borde. Unas cuantas piedras para perfilar los contornos, dispuestas entre las plantas, adornan y completan el encanto natural de este paisaje en miniatura. Es conveniente establecer algunas diferencias de altura. Tenga presente el tamaño de la planta en la composición, de manera que los grandes cactus de columna o de candelabro queden en la parte de atrás del arríete, y los pequeños, delante. Lo importante es el drenaje; el agua de los aguaceros estivales no debe permanecer mucho tiempo en la zona de las raíces, sino que debe fluir hacia abajo.
miércoles, 14 de enero de 2009
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