Las hojas perennes, brillantes y lacadas así como las pequeñas flores blancas ligeramente aromáticas caracterizan a esta caprifoliácea de los países mediterráneos.
Admite la poda para darle forma. Asimismo, una frecuente sujeción favorece la ramificación e impulsa un crecimiento tupido. Dado que el viburno del Mediterráneo no es muy sensible a las heladas, no es necesario cobijarlo en el otoño. Hay algunas variedades de V. tinus en el mercado muy apropiadas para la maceta por la riqueza y el tamaño de sus flores.
El V. tinus puede estar ligeramente a la sombra o también en un lugar luminoso, pero debe protegerse del sol intenso. En conjunto, el viburno se cuenta entre las plantas para maceta más robustas y fáciles de cuidar.
Emplazamiento: soleado hasta semiumbrío.
Riego: mantener constante y regularmente húmedo.
Abono: hasta agosto, cada semana; la escasez de abono y riego no la dañan.
Alojamiento invernal: no es necesario.
Multiplicación: por esquejes sernimaduros en verano.
lunes, 9 de marzo de 2009
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