Olivo

Olea europaea; el olivo como planta de maceta apenas exige andados.
En la zona mediterránea resulta familiar la vista del olivar con sus vigorosos árboles perennes ramificados en la copa sobre la que se distingue el brillo plateado del follaje verde blanquecino. El aspecto y la coloración de las hojas son el principal atractivo de los olivos como planta para maceta, ya que las flores blancas y aromáticas son imperceptibles. Hay muchas variedades no productivas y los frutos sólo pueden presentarse cuando se planta con este fin otra variedad como donador de polen. El estado rigoroso e impresionante que alcanzan en los países mediterráneos es propio de árboles con varios años.

Los olivos son verdaderamente apreciados por los jardineros motivados que desean completar su colección de plantas para maceta. En su cuidado esta oleácea es poco complicada; difícilmente es atacada por los parásitos, sólo ocasionalmente puede haber problemas con las cochinillas latentes.

Emplazamiento: soleado y cálido.
Riego: todo el verano mantener uniformemente húmedo.
Abono: hasta agosto, cada 14 días.
Alojamiento invernal: luminoso, entre los 2 y 10 °C.
Multiplicación: por esquejes semimaduros al principio y durante el verano.