El parentesco de esta leguminosa con una temida mala hierba es sorprendente debido precisamente a las grandes diferencias externas que hay entre ellas. El L. berthelotü es un arbusto rastrero, originario de las Islas Canarias y de Cabo Verde, con largos vastagos cuyas hojitas en forma de hebras recuerdan de lejos al espárrago ornamental. Las flores rojo luminoso que se presentan juntas en las puntas de los vastagos se parecen a las lenguas de las llamas. Las variedades amarillo sanguíneo son algo menos vistosas, pero merece la pena recomendarlas si se aspira a conseguir una flora exuberante mezclada en un macetero colgante o en recipientes altos. El hatos resulta igualmente atractivo como planta baja al lado de otras plantas de maceta de tronco alto como la Datura, provocando contrastes especialmente llamativos con el Plumbago, de flores azules.
En el cuidado exige ciertas atenciones, sobre todo con respecta al riego. Es muy sensible a la sequía, respondiendo a la carencia de agua con la caída de las finas agujas de sus hojas, una circunstancia que merma su aspecto, a pesar del nuevo brote.
El abastecimiento regular con un abono líquido es igualmente importante, ya que el Lotus es una «devoradora de abono». Dado que la planta sólo florece cuando está a pleno sol, en verano debe regarse con regularidad y controlar constantemente la humedad del suelo.
Emplazamiento: completamente soleado; a la sombra sólo obtendremos un follaje en filigrana,
plateado y brillante.
Riego: bastante abundante, no dejar nunca que se seque.
Abono: cada semana, con un abono completo líquido.
Alojamiento invernal: luminoso y fresco, entre los 5 y 8 °C.
Multiplicación: por esquejes de punta en primavera.
sábado, 28 de febrero de 2009
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